Acción—Reacción—Confusión
Publicado el 25/08/2009
—No, pero es que no es así. El hecho de desplazarse, por ejemplo, puede significar que allá te estés desplazando también, pero no de la misma manera. Por ejemplo: cuando vas andando por la calle, te encuentras con obstáculos, semáforos, qué sé yo, con coches, perros, gatos, lagartijas, lo que sea. En esos casos, te detendrás, y esperarás unos instantes antes de reanudar tu marcha. Eso no significa que en realidad, en la realidad transcendente, también lo estés haciendo, simplemente se trata de una adecuación instrumental a este mundo tridimensional en el que te encuentras.
—Pero...
—Pero ¿qué? A ver. Como explicarlo... cuando sueñas. Los sueños siempre son un buen ejemplo. Mientras duermes, a veces, mueves los brazos, o balbuceas, o incluso hay gente que se levanta y hace cosas, ¿no? Bueno, pues en la realidad de la buena, no están realizando necesariamente lo que hacen en la que tú puedes observar, ¿me sigues?
—Sí, cla
—Pues a eso me refiero cuando hablo de adecuación instrumental. Al deber 'actuar' en diferentes realidades de manera simultánea, debe existir un sistema de equivalencias que lo permita. Dicho sistema, como puedes imaginar, está basado en la ilusión.
—Ah, ya.
—De hecho, no pretenderás poder desplazarte de la misma manera en realidades completamente diferentes. Admitamos, para entendernos, que se trata simplemente de dos realidades superpuestas, tú de momento has llegado hasta aquí. La otra realidad, la que sólo conoces de manera subconsciente, pero que ahora has podido entrever, conlleva dimensiones suplementarias, digamos cuatro, o cinco si contamos la temporal. Tu desplazamiento, aquí tridimensional, deberá adecuarse a la cuarta dimensión. ¿Y esto cómo es posible?, te preguntarás.
—Sí, ¿cóm
—Porqué la realidad ilusoria es muy fácil de rellenar... con más ilusión. Efectivamente. De esta manera, cuando cambias de sentido, en tu trayectoria, simplemente das por supuesto que lo haces por algún motivo, muchas veces inconsciente, o porque crees que así llegarás antes a tu destino, o porque opinas que quizá por aquí encontrarás una pastelería, pongamos por caso. Pues bien, eso no es más que una ilusión, como cuando en tu sueño incorporas el sonido repetitivo de una taladradora como si fuese el sonido de una moto que, casualmente, acaba de aparecer en tu sueño.
—Ya, pe
—De esta maner
—Pe
—De est
—Perdona que te interrumpa.
—Sí, dime.
—Esto lo entiendo, o creo que lo entiendo, pero, y entonces, ¿cómo se pueden adecuar las diferentes realidades de cada una de las personas que te encuentras por la calle?
—¿A qué otras personas te refieres?
—Bueno, a la gente que va por la c. ¡No!