Materia consciente

Andreu Abuín
Publicado el 10/07/2007

Somos materia consciente.
Somos un amasijo de carne y huesos que se desplaza sigilosamente sobre la faz de la tierra.
Somos materia consciente de su propia limitación.

Nos faltan alas para poder comprender.
Como las serpientes nos vemos obligados a arrastrarnos bajo el peso de nuestro pasado.
Transportamos alta tecnología mientras pensamos en nuestras stock options.

Somos escarabajos que desplazan su propia mierda.
Somos el fruto de la unión y de la discordia, del deseo y del deshecho.
Somos materia húmeda, tibia, viscosa.

Nos sobran neuronas para poder admitir.
Como dioses nos pavoneamos de nuestra obra limitada a un instante de placer.
Creamos ruido en un mundo de sordos.

Somos materia consciente.
Somos el sentido de un universo formado de infinita incertidumbre.
Somos la obra y el creador.

Ficción

    Right Now

    Andreu Abuín
    Publicado el 2/07/2007

    Un viento estático sobrevuela París.
    Las distancias se acortan, el tiempo se reduce.

    Mis manos húmedas se adhieren al polvo.
    Mi cerebro se expande, se dilata, derrama.

    Miles de polillas muertas revolotean París.

    Miles de ardillas recorren el Central Park.
    Ardillas de colores, rápidas, fugaces, relámpagos.
    Ardillas como susurros de posibles.

    Vestido de luto avanzo por un bosque desierto y espeso.
    La Alhambra a la puerta de casa.

    Levanto la cabeza.
    Algunos lo han visto.
    Una llora.

    Ficción

      Plástico

      Andreu Abuín
      Publicado el 30/06/2007

      Los plásticos de El Ejido cubren hoy toda Europa.
      De manera natural el techo elástico ha crecido hasta llegar a Nordkapp, en Noruega.
      Su superficie exterior es ahora translúcida e impermeable.

      Los picos más altos de Europa sirven hoy de soporte para la capa.
      La grasa y el sudor se acumula como el rocío en los pétalos de las amapolas antes.
      La tierra transpira lo indecible, lo irreprochable, lo insostenible.

      Todos sabemos dónde dirigirnos.
      Confesamos en público nuestra impotencia mientras otros nos eyaculan en la cara sonriendo.
      La impertinencia nos estimula como al ganado.

      Desde el espacio, Europa resplandece más que su pasado.
      El mundo no entiende tanta vanidad, tal exageración, extrema excentricidad.
      El Ejido es por un instante capital del mundo del avenir.

      Ficción

        Barcelona

        Andreu Abuín
        Publicado el 28/06/2007

        Bajemos la presión, abramos una válvula de escape.
        Todo es factible, calmémonos.
        Todo es posible, oremos.

        El tiempo es una dimensión inevitable.
        Avancemos, adelantémoslo.
        Comprendámoslo, asumamos.

        El espacio existe, desplacémonos, procreemos.
        Hubiéramos podido integrarlo, incorporarlo.
        Hubiésemos podido ubicarlo, resituarlo.

        Adoremos al tiempo, comprendamos, asumámoslo.
        El tiempo, león de la puerta amenazado.
        Avancémosle, adelantemos.

        Bajemos la presión.
        Barcelona.

        Ficción

          Presencia difusa

          Andreu Abuín
          Publicado el 27/06/2007

          Unos días menos y alguno de más.
          Ya tengo mi visado y lo de NY está casi hecho. Faltan algunos preparativos y una semanita en Barcelona antes de cruzar el charco. Vuelvo, por fin, a Nueva York.

          El Sol falta en París, se hace esperar. En el sur, en Six-Fours-les-plages, el Sol arranca la piel a trocitos, y cambio de piel como los reptiles y cambio de medio como los cobardes. Inundaciones en el norte, Sequía en el sur.

          En el trabajo, la atmósfera se enrarece. Mi presencia es evitable, difusa, azarosa. Ando por los pasillos bajo una presión delicada, bajo un manto de fina seda oxidada. Mi presencia se desvanece; mi roce se desliza, se deshace.

          En el espacio exterior el silencio supremo no deja de expandirse, de dilatarse hasta llegar al límite del infinito. Los cuerpos astrales se alejan unos de otros hasta quedarse solos, hasta perderse en su órbita grabitatoria, rutinaria, perfecta.

          La ausencia de luz impide percibir cualquier tipo de dimensión, cualquier vía de escape. El espacio se condensa hasta reducirse a un vacío material donde se derrocha la existencia. Lo único que podría liberarla es una prisión de carne.

          Unos días en Barcelona, eterno retorno de lo idéntico.

          Ficción

            Este sitio está producido por Enkidū